Gonzalo Coello Campos
Crecer entre arcillas, palos de modelar, barbotinas y pigmentos, en el seno de una familia dedicada a la escultura, podría explicar el desenvolvimiento tan natural que Gonzalo demuestra en el oficio y su amor por este arte.
Con el tiempo ha ido definiendo su estilo hasta alcanzar un lenguaje personal, caracterizado por la fuerza, la expresividad y el movimiento, rasgos que enriquecen toda su obra.
Un amplio dominio técnico del bulto redondo, el relieve, la escultura monumental, la mural, el gres, el bronce, las patinas, los pigmentos, los óxidos..., le permiten dar rienda suelta a su creatividad.
Graba el paso del tiempo en los rostros de tierra o metal, arañazos de esfuerzo. Congela el movimiento de coreografías grupales que son catálogos de gestos y encrucijadas de planos. Inquieta con la fuerza de sus bestias rotundas. Y al mismo tiempo, en contraposición, logra que toda pieza exhale ensoñación.
Sus colecciones de toros, caballos, palomas y personajes en continua renovación, gozan de gran aceptación pero es en la escultura monumental, que centra su trabajo actual, donde su estilo personal adquiere la máxima expresión.
María Eugenia Hernáiz.